León Taxil: el gran embaucador.

León Taxil

León Taxil es uno de los mas grandes embaucadores de la historia, ya en 1873 fue el autor de una broma pesada que aterrorizo a los habitantes de Marsella cuando hizo correr la noticia de que las costas estaban infestadas de tiburones. En los periódicos locales aparecieron varias cartas de supuestos pescadores que decían haberlos visto, se mando a un centenar de soldados que en barcas buscaban a esta jauría de tiburones por todas las calas, pero no aparecían en ninguna parte. Cuando posteriormente se examinaron las cartas enviadas a los periódicos se descubrió que habían sido escritas por una misma persona: León Taxil, aunque esto no llegó a saberse entonces sino mucho mas tarde cuando el mismo lo confesó.

Con este antecedente no es de extrañar el gran fraude que mas tarde preparó y que consiguió engañar a todo el mundo como vamos a ver.

León Taxil ingreso en la masonería en 1881 y se dedicó a publicar una serie de artículos y libros anti católicos en los que denunciaba al papado y a la iglesia católica pero al cabo de solo 10 meses fue expulsado por plagio, y seguramente sus compañeros hicieron bien viendo como veremos que este personaje era un intrigante sin escrúpulos capaz de inventarse la mas maquiavélica venganza contra sus compañeros masones y al mismo tiempo contra la iglesia católica a la que consiguió dejar en ridículo.

Se inventó una orden masónica satánica llamada Palladum que según el pretendía controlar el mundo ,abjuró de sus ideas masónicos y pretendió su arrepentimiento revelando los secretos de la masonería que según el fomentaba el vicio entre sus adeptos, la acusaba al mismo tiempo de cometer crímenes y de adorar a Bafomet, el ídolo al que supuestamente también adoraban los templarios. Tamaña sarta de majaderías fueron creídas por muchos cardenales, obispos e incluso el mismo Papa que ayudaron a financiar sus libros antimasonicos y a fomentar su lectura desde los púlpitos. Todo esto después de la fingida conversión de Taxil al catolicismo tras largas discusiones sobre temas de fe con una tía suya que era monja.

Cartel de una de sus conferencias.

El papa León XIII le recibió en audiencia tras publicar la encíclica Humanum Genus en 1885 en la que condenaba la masonería y la declaraba incompatible con la fe católica. Convencido de la sinceridad de su arrepentimiento el papa le encargó y le financió la publicación de numerosas obras en las que revelara la siniestra realidad de la masonería.

Para dar mas verosimilitud a sus afirmaciones Taxil mezclaba cosas reales con otros elementos y ritos que eran totalmente inventados. En una de sus obras introdujo un nuevo personaje , Diana Vaughan, descendiente del alquimista Thomas Vaughan, de los rosa cruces, incluyendo muchas historias sobre supuestas reuniones con diablos. Este personaje de Vaughan tomó vida propia como una arrepentida masónica y publico bajo su nombre a su vez mas libros sobre el tema. Las obras de Vaughan fueron utilizadas al igual que las de Taxil como pruebas contra la masonería.

Taxil acusaba a Albert Pike, comendador del Consejo Supremo de la jurisdicción del sur del Rito Escoces Antiguo y Aceptado , de ser un papa luciferino , jefe supremo de todos los masones del mundo y de tener contactos con Satanás, y sin mas pruebas que las palabras de Taxil la calumnia era aceptada por la iglesia católica.

Solo algunos católicos pusieron en duda las acusaciones de Taxil , como el obispo de Charleston , en Carolina del Sur, que incluso viajó a Roma para decirle al papa que los masones de su diócesis eran personas dignas y que sus prácticas no tenían nada que ver con el satanismo. Pero estas aclaraciones no fueron tenidas en cuenta.

El Papa León XIII

Así en 1896 se reunió el primer congreso antimasonico en Trento , bajo los auspicios de Taxil y Vaughan , en el que se congregaron 200 obispos y 700 delegados incluyendo a estadistas, periodistas y escritores de gran talla. El papa acogió con gran alegría la celebración de este congreso y envió sus saludos y bendiciones a los congresistas reunidos.

Pero resulto que Vaughan no asistió al congreso y uno de los obispos austriacos escamado pregunto si alguno de los presentes la conocía , ya que a pesar de haber leído sus escritos nadie, salvo Taxil, parecía haberla visto en persona. El propio Taxil pidió la palabra, subió a la tribuna y mostró una fotografía supuestamente de Vaughan como prueba de su existencia, algunos se dieron por satisfechos , pero los delegados austriacos siguieron insistiendo en sus dudas.

Así las cosas unos meses después de este congreso , Diana Vaughan convocó a través de la prensa una conferencia en la Sociedad de Geografía de París en la que a parte de presentarse en publico por primera vez anunciaba nuevas y sorprendentes revelaciones sobre la masonería. Llegado el día se reunió un numerosos público de muchos países deseando conocer por fin a la famosa ex masona. En medio de la expectación se anunció la llegada de Diana , pero para sorpresa del publico quien apareció en escena fue el propio Taxil que al fin anunció con un gran cinismo que Diana solo era una invención suya al tiempo de que se jactaba de haber logrado engañar a tantos católicos incluidos cardenales , obispos y el propio Papa.

Diana Vaughan

El escándalo fue monumental , muchas jerarquías de la iglesia habían recomendado las lecturas de estos libros y ahora resultaba que tenían que decirles a sus feligreses que todo era una pura farsa obra de un embaucador como Taxil. La iglesia católica tuvo que recular avergonzada de su ingenuidad y credulidad y solamente pudo recomendar a los católicos que en adelante no creyeran tan fácilmente a nadie , lo decían los mismos que les habían recomendado la lectura de estas obras del farsante Taxil y de su inventada e inexistente Diana Vaughan.