En
el funeral de Estado por Nelson Mandela de hace poco el presidente
UISA Obama se permitió criticar la presencia de Raul Castro en el
mismo, y esta crítica fue ampliamente difundida por todos los medios
de comunicación , y aplaudida. A veces la hipocresia y el cinismo
resultan intolerables , este es un ejemplo. Porque habría que
preguntar que hacían los USA y sus aliados europeos durante el
régimen del apartheid de Sudáfrica , eso no lo hemos leído en los
grandes medios de comunicación ,porque la respuesta dejaría en muy
mal lugar a los que ahora se permiten criticar la presencia de Raul
Castro en el funeral.
Hace
unos días leí esta interesante información del sociólogo
argentino Atilo A. Boron. Creo que aquí lo explica muy claro , no
necesita ningún comentario mas por mi parte , me limito a copiar y
pegar:
(Por
Atilio A. Boron *) La muerte de Nelson Mandela ha precipitado una
catarata de interpretaciones sobre su vida y su obra, todas las
cuales lo presentan como un apóstol del pacifismo y una especie de
Madre Teresa de Sudáfrica. Se trata de una imagen esencial y
premeditadamente equivocada, que soslaya que luego de la matanza de
Sharpeville, en 1960, el Congreso Nacional Africano (CNA) y su líder,
precisamente Mandela, adoptan la vía armada y el sabotaje a empresas
y proyectos de importancia económica pero sin atentar contra vidas
humanas. Mandela recorrió diversos países de África en busca de
ayuda económica y militar para sostener esta nueva táctica de
lucha. Cayó preso en 1962 y, poco después, se le condenó a cadena
perpetua, que lo mantendría relegado en una cárcel de máxima
seguridad, en una celda de dos por dos metros, durante 25 años,
salvo los dos últimos años en los cuales la formidable presión
internacional para lograr su liberación mejoraron las condiciones de
su detención.
Mandela,
por lo tanto, no fue un “adorador de la legalidad burguesa” sino
un extraordinario líder político cuya estrategia y tácticas de
lucha fueron variando según cambiaban las condiciones bajo las
cuales libraba sus batallas. Se dice que fue el hombre que acabó con
el odioso “apartheid” sudafricano, lo cual es una verdad a
medias. La otra mitad del mérito le corresponde a Fidel y la
Revolución Cubana, que con su intervención en la guerra civil de
Angola selló la suerte de los racistas al derrotar a las tropas de
Zaire (hoy, República Democrática del Congo), del ejército
sudafricano y de dos ejércitos mercenarios angoleños organizados,
armados y financiados por EEUU a través de la CIA. Gracias a su
heroica colaboración, en la cual una vez más se demostró el noble
internacionalismo de la Revolución Cubana, se logró mantener la
independencia de Angola, sentar las bases para la posterior
emancipación de Namibia y disparar el tiro de gracia en contra del
“apartheid” sudafricano. Por eso, enterado del resultado de la
crucial batalla de Cuito Cuanavale, el 23 de Marzo de 1988, Mandela
escribió desde la cárcel que el desenlace de lo que se dio en
llamar “la Stalingrado africana” fue “el punto de inflexión
para la liberación de nuestro continente, y de mi pueblo, del
flagelo del `apartheid`.” La derrota de los racistas y sus mentores
estadounidenses asestó un golpe mortal a la ocupación sudafricana
de Namibia y precipitó el inicio de las negociaciones con el CNA
que, a poco andar, terminarían por demoler al régimen racista
sudafricano, obra mancomunada de aquellos dos gigantescos estadistas
y revolucionarios
.
Años
más tarde, en la Conferencia de Solidaridad Cubana-Sudafricana de
1995 Mandela diría que “los cubanos vinieron a nuestra región
como doctores, maestros, soldados, expertos agrícolas, pero nunca
como colonizadores. Compartieron las mismas trincheras en la lucha
contra el colonialismo, subdesarrollo y el “apartheid”… Jamás
olvidaremos este incomparable ejemplo de desinteresado
internacionalismo”. Es un buen recordatorio para quienes ayer y
todavía hoy hablan de la “invasión” cubana a Angola.
Cuba
pagó un precio enorme por este noble acto de solidaridad
internacional que, como lo recuerda Mandela, fue el punto de
inflexión de la lucha contra el racismo en África. Entre 1975 y
1991 cerca de 450.000 hombres y mujeres de la isla pararon por Angola
jugándose en ello su vida. Poco más de 2600 la perdieron luchando
para derrotar el régimen racista de Pretoria y sus aliados. La
muerte de ese extraordinario líder que fue Nelson Mandela es una
excelente ocasión para rendir homenaje a su lucha y, también, al
heroísmo internacionalista de Fidel y la Revolución Cubana.
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