Hace poco leí la noticia
de un manifiesto firmado por intelectuales franceses pidiendo la
legalización de la prostitución. Sobre este tema existe una gran
hipocresía en nuestra puritana sociedad occidental , y es que con
frecuencia descubrimos que personas que la critican y que se
presentan como de una gran rectitud moral resultan ser clientes de
este tipo de servicio.
En ocasiones leemos que
en una comunidad autónoma o en una gran ciudad se sacan leyes y
ordenanzas para alejar la prostitución de ciertos lugares , poner
multan a prostitutas y clientes, pero ningún poder político parece
plantearse la idea de regular y legalizar la que se ha llamado la
profesión mas vieja del mundo. Pues bien , hubo un tiempo en que
aunque moralmente criticada era tolerada, se podía practicar en
mancebías en cualquier localidad, se pagaban impuestos , tenían
revisiones médicas y estaba totalmente regulada, esto ocurrió en la
edad media.
Algunos obispos acusaban
a los reyes de permitir la prostitución con la escusa de evitar
males mayores , como la sodomía y la propia corte de los reinos
tenían presencia de prostitutas , hasta tal punto que cuando el
monarca castellano Sancho IV las expulsó de la corte ,salieron de
ella hasta 5000 prostitutas a las que amenazó con coartarles el
pecho si regresaban. Lo cierto es que la iglesia se beneficiaba a
menudo de la prostitución alquilando los terrenos y lugares donde se
ejercía, y no estaba mal visto que los propios clérigos asistieran
al burdel dado que el celibato les impedía casarse y se consideraba
normal los instintos sexuales de los sacerdotes, la doble moral
hipócrita de la iglesia.
Otros no eran tan
drásticos, había quien fundaba hospitales donde acoger a las
arrepentidas y enseñarles un oficio , o fundaciones que dotaban a
las doncellas huérfanas para poder encontrar esposo y evitar así el
prostituirse. Uno de los administradores de una de estas fundaciones
, en Barcelona , Arnau Alberti, fue denunciado por una madre a la que
requirió que para dotar a su hija primero tendría que acostarse con
ella, esta y otras denuncias iguales fueron presentadas ante el juez
contra dicho administrador que aprovechaba su puesto para satisfacer
su lujuria con las niñas que solicitaban su ayuda.
En esta sociedad machista
curiosamente la violación no era rechazada socialmente ni multada en
muchos lugares, siempre que las victimas fueran mujeres consideradas
deshonestas , en esta categoría se incluía a mujeres que
permanecían mucho tiempo sin estar casadas o que salían mucho de
casa. En algunos lugares como el sureste de Francia, incluso la
victima de violación era castigada mandándola al prostíbulo hasta
los 30 años, después podía salir y casarse reintegrándose a la
sociedad, de manera que sufrían un castigo como si ellas no fuesen
las victimas, algo parecido a lo que vemos en algunos países
islámicos en la actualidad.
En el santoral católico
contamos con alguna ex prostituta, como santa Afra, en el siglo XIV
,quien junto con sus sirvientas se prostituían en un burdel abierto
por ella hasta su conversión al cristianismo. Los clientes
protestaron y la denunciaron ante el prefecto romano. El suplicio de
Afra , quien recordaba que Cristo aceptó a las prostitutas y que
María Magdalena lavó sus pies con sus lagrimas, hizo que la iglesia
añadiese su nombre al santoral.
En cuanto a la moral fue
evolucionando , en el siglo XIII se diferenciaba en las relaciones
sexuales la “fornicación simple”, entre solteros , de la
“fornicación cualificada” que incluía la homosexualidad,
adulterio e incesto y que era castigada al contrario de la simple ,
siempre que fuese con mujeres solteras. Así las prostitutas aunque
mal vistas socialmente se consideraba que tenían un lugar en la
sociedad necesario, como señala Sonia Goggel en su ensayo La
Prostitución en el Medioevo.
En los siglos siguientes
con el despoblamiento producto de la peste, las guerras y epidemias
se da mas valor al matrimonio con la intención de procrear, así es
condenado la continencia, junto a la sodomía y la homosexualidad, y
la prostitución ya se institucionaliza para proteger as las mujeres
honestas de agresiones sexuales y que se centren en el matrimonio y
procreación.
La prostitución estaba
totalmente regulada , en cada ciudad donde existía una mancebía
existían igualmente una normativa que regulaba su funcionamiento al
mínimo detalle. El concejo nombraba a un “padre” de la mancebía
que era el responsable de hacer cumplir la normativa, controla a las
prostitutas , les proporciona ropa , les hace prestamos para
establecer una dependencia económica, vela por la salud de los
clientes, en este sentido la mancebía recibía la visita del
cirujano , en algunos sitios una vez al mes , en otros y mas adelante
una a la semana. Las prostitutas enfermas eran apartadas para no
contagiar a los clientes de cualquier enfermedad que padecieran .
En las mancebías no se
podían servir comidas ni bebidas , ni ser lugares donde se jugaba ,
pero muchos administradores ponían al lado algún local desde el que
traer comida o bebida para los clientes con lo que redondeaban su
negocio.
En las mancebías se
prohibía que acogiesen como prostitutas a mujeres casadas o cuyo
padre viviese en esa localidad , para evitar escándalos , bajo penas
de 10000 maravedíes y diez días de cárcel para el “padre” de
la mancebía.
Por un lado existían las
prostitutas que trabajaban de forma diaria en estos burdeles y
mancebías como vemos, y también en tabernas , en los baños
públicos y en las calles, y por otro lado existían las que lo
hacían de forma ocasional y lo hacían en casas o palacios que
alquilaban y donde cobraban precios mucho mayores , son lo que hoy
llamaríamos prostitutas de lujo , que se libraban así de las
ordenanzas y no pagaban impuestos y con frecuencia daban lugar a
sonoros escándalos.
Entre las obligaciones de
las prostitutas estaban la de no salir de la mancebía después del
toque de oración. También llevaban determinadas prendas distintivas
de su profesión o se les prohibían otras según los lugares, así
en algunos sitios no podían llevar mantos, sombreros ni
guantes,(solo mantillas amarillas sobre las sayas) , en otros faldas
purpuras, cintas rojas en la cabeza, en Florencia tenían que llevar
guantes y campanas en sus sombreros.
También estaban
regulados los días de cierre: los domingos y fiestas de guardar , la
Cuaresma y las vigilias de fiestas importantes. En Salamanca al
principio de la cuaresma eran sacadas las prostitutas y trasladadas
al otro lado del río, y regresaban aclamadas por los estudiantes el
segundo lunes después de Semana Santa. En Barcelona , según una
ordenanza de 1373 había un periodo de abstinencia durante la Semana
Santa, para que se cumpliese durante ese periodo las prostitutas eran
confinadas en un monasterio.
Con el tiempo apareció
la figura de los protectores, que son lo que hoy llamaríamos el
chulo , que vivía a costa de la prostituta. Generalmente eran
jóvenes al servicio de la justicia local que ejercían ese papel de
control sobre las prostitutas , a pesar de que estaba prohibido y
castigado con 100 azotes y 4 años de galeras la primera vez y 100
azotes y condena a galeras de por vida si reincidía. Así esta clase
de protectores proliferaron gracias a la protección de la que
gozaban por parte de algunos funcionarios reales hasta que se
extinguió en 1570 de la mano de Felipe II.
Por último un problema
no menor era el de la descendencia de las prostitutas, a este
capitulo se dedica Alfonso X en “las Partidas” , donde se
diferencia entre hijo legítimos e ilegítimos o naturales.
“Legítimos” son tanto los tenidos dentro del matrimonio como los
tenidos con una amante que es presentada públicamente como tal si
después los padres se unen en matrimonio. Entre los “ilegítimos”
también hay varias categorías: “fornecinos”, fruto de la
relación con una parienta o monja; “espúreos”, el que tiene una
amante pero con hombre distinto al que la protege; “notos”, los
que son producto del adulterio pero viven en familia como reconocidos
por el marido; y los “manzeres” , hijos de prostituta que se
entrega a todos en el burdel y no se sabe por tanto quien es el
padre.
La tacha social con la
que cuentan los hijos ilegítimos hace que en muchos casos se dedique
al ejercito para tratar de lavar su condición con hechos de armas
heroicos. Lo cierto es que algunos bastardos llegaron a ser famosos y
alcanzar altas cotas en la escala social, incluso reyes como Enrique
II de Castilla o Juan I de Portugal, o importantes cargos
eclesiásticos.
(Fuente: “Amor de pago”
, Jose Luis Martin.
“la
prostitución en el Medioevo” Jacques Rossiaud.)
Uhm, dicen que es el oficio más antiguo del mundo pero no, ese sería otro, el que tuviera quien pagase de una manera u otra a las prosti, jejeej.
ResponderEliminarLa verdad es que no sé a qué viene eso del oficio más antiguo, será algún adorno literario.
Saludetesssss.
No tengo nada en contra de la Prostitución como tal, pero sí de los "efectos colaterales" que conlleva: a más demanda, más trata de personas (mujeres y niños...) y los políticos y gente influyente, que hacen negociados con eso, mirando hacia otro lado.
ResponderEliminarEl relato histórico, como siempre, excelente. Un abrazo Miguel Angel.
Con independencia de las consideraciones morales, lo cierto es que tratar de eliminar ese negocio es -el tiempo lo ha demostrado- practicamente imposible. Regular esa actividad para impedir la explotación y abuso sobre las practicantes sería lo mejor, pero cómo hacerlo no es cosa fácil, como la historia también demuestra.
ResponderEliminarUn saludo.