sábado, 5 de abril de 2014

Enterrados vivos.


"Entierro Prematuro" Antoine Wiertz (1854)
Uno de los mayores terrores del ser humano es ser enterrado estando aún vivo , y es que casos de este tipo se han dado a lo largo de la historia, especialmente en la antigüedad cuando era mas difícil comprobar exactamente la defunción y se podía confundir , mas aún en momentos de grandes epidemias y gran mortandad que apenas daba tiempo para poder comprobar la muerte real antes del enterramiento. La catalepsia por ejemplo , en el siglo XIX era fácil de confundir con la muerte dado que en este estado el ritmo cardíaco se atenúa de tal forma que resulta casi imperceptible, la respiración igualmente resulta difícil de detectar.


En este sentido existen casos curiosos de personajes históricos con un miedo cerval a que se produjese este error, es el caso de George Washintong que en su lecho de muerte hizo prometer a sus sirvientes que esperarían 3 días antes de enterrarle para asegurarse de que realmente estaba muerto. Pero precisamente para evitar estos errores se han producido toda clase de ingenios , especialmente en el siglo XIX cuando incluso algunas empresas comercializaban ataúdes preparados para el caso de que el supuesto difunto despertase dentro del mismo, con todo tipo de comodidades y la forma de comunicar al exterior .

Tumbas de seguridad de Adolf Gutsmuth
En 1822 se patentó el ataúd con fuelles que generaban aire con lo que el presunto muerto podía vivir hasta 8 días en caso de despertar, por el doctor Adolf Gutsmuth quien para demostrar su eficacia hizo la prueba de permanecer enterrado incluso cenando sopa , salchichas y cerveza. Ataúdes con espacio para almacenar comida y bebida, luz , incluso con una pequeña biblioteca. En 1852 el ataúd con un sistema que incluía una cuerda y una manilla que de ser accionada desde dentro hacía que una bandera en el exterior se izaba indicando que alguien estaba vivo dentro del ataúd. En 1897 un sistema similar patentado por el conde Karnice-Karnicki con una bandera, una lámpara , campana y aire fresco.

En el siglo XX un francés que fue enterrado por error tras sufrir un ataque cardíaco y que fue rescatado gracias a que una mujer que estaba cerca de la tumba le oyó, se dedico a fabricar y vender ataúdes mas cómodos y capaces de mantener con vida al resucitado hasta que fuese rescatado. Estos ataúdes eran mas grandes de lo normal, tenía una botella de oxigeno para regenerar la atmósfera, agujeros para evacuar el CO2, un cubo higiénico para las necesidades, botella de agua y bolsa de alimentos, y un aparato emisor para comunicarse con la policía o radio aficionados.

En la actualidad hay ataúdes con un sistema de comunicación mas sofisticado , una especie de móvil con una programación que en caso de detectar movimiento en el interior del ataúd se activa y envía una señal a un numero pre programado de algún familiar , ademas se puede hablar y escuchar por dicho móvil. Naturalmente este tipo de artilugios solo están al alcance de los mas pudientes.

Catalepsia, era fácil confundir con la muerte.
Además esto me trae a la memoria una leyenda urbana: en una penitenciaría cada vez que alguien moría se avisaba con una campana , se colocaba al fallecido en un ataúd y se sacaba para enterrarlo fuera del penal. Uno de los reclusos se pone de acuerdo con un carcelero par aque en la próxima muerte se meta en el ataúd junto al muerto y el carcelero irá por la noche a desenterrale. Un día escucha la campana , acude corriendo al lugar donde dejan el ataúd con el muerto dentro , tapado con un saco. Poco después nota como le sacan y le entierran. Empieza a esperar , pero la curiosidad hace que encienda una cerilla para ver quien es el muerto y al rasgar el saco descubre con horror que se trata del mismo carcelero que tendría que ir a rescatarle.

Pues eso, ¿que pasa si después de tantas precauciones resulta que al activarse el móvil el familiar con el que se iba a comunicar ha muerto a su vez?

Pero lo de ser enterrado vivo no solo puede ocurrir por un error , también se puede dar el caso de ser utilizado como una forma de torturas como ha ocurrido a lo largo de la historia. En la antigua Roma las vestales que rompían su voto de castidad eran enterradas vivas en una cueva con una pequeña cantidad de agua y comida , al acabarse la vestal moría de hambre y sed. Algunos santos cristianos , según la tradición , murieron de esta forma , caso de san Casto y Vital de Milan. En la Italia medieval era un castigo para los asesinos. En Rusia en los siglos XVII y XVIII era un castigo para las mujeres que asesinaban a su esposo.

Un caso aparte es el de distintas culturas antiguas donde a la muerte de un gobernante su séquito era igualmente enterrado , es el caso de los emperadores de China o los faraones egipcios.

San Vital enterrado vivo.
Pero vamos con algunos casos de enterrados por error. En China una mujer de 95 años , Li Xiufeng, dada por muerta, salió del ataúd a los 6 días y poco antes de ser enterrada, afortunadamente la tradición hizo que el ataúd permaneciese en la casa estos días antes de ser enterrada, perdió todas sus pertenencias porque también según la tradición estas fueron quemadas , pero al menos salvó la vida.

Rosario Zuazagoitia , muerta aparentemente en 1832, al abrir la tumba años después la encontraron con las manos desatadas (su hermana las ató en actitud de rezo) , su cuerpo en otra posición y arañazos en el ataúd.

En 1901 Madame Bobin , enterrada aparentemente muerta por las fiebres amarilla, al se exhumado el cadáver se encontró a un bebe fallecido (estaba embarazada al ser enterrada ) y la autopsia que la hicieron demostró que había fallecido por asfixia y no de la fiebre amarilla.

El actor y productor mexicano Joaquin Pardave, se dice que fue enterrado vivo en 1955, al ser exhumado años mas tarde se vio que tenia señales de haber intentado salir.

Isaac Ramirez.
En 2009 el hondureño Isaac Ramirez Perez , declarado muerto y enterrado , los veladores nocturno , que no sabían que el cadáver ya estaba en la sepultura, escucharon gritos de socorro y lo confundieron con las almas en pena. Al comentarlo a la mañana siguiente el cadáver fue exhumado , pero ya era tarde , se encontró aun con la ropa sudada , desgarrada , arañazos , horas después el medico certificó su segunda muerte , esta vez era real.

En 1986 en el diario “El País” se publicó el caso de un niño en El Cairo que apareció deambulando por la calle un año después de ser enterrado. Las investigaciones de las autoridades llegaron a la conclusión de que permaneció vivo 4 días en la tumba, después fue acogido por una institución benéfica y pasó varios meses por las calles hasta que fue encontrado cerca de su casa.

Li Xiufeng
Hay muchos mas casos comprobados , pero este macabro repaso ya vale como ejemplo, afortunadamente en la actualidad es prácticamente imposible confundir la muerte aparente con la real, claro , que esto es distinto en países del tercer mundo con una menor tecnología medica , o en ocasiones de grandes catástrofes o guerras.

Un caso curios son las llamadas casas de los muertos que eran grandes edificios en las afueras de grandes ciudades donde se dejaban los cadáveres , con una cuerda atada a la mano y un campana al final y con vigilantes que acudían si oían sonar una campana. Estas casas ya empezaron a aparecer en el siglo XVII en países como Alemania , Francia o Portugal. En 1795 existía una a las afueras de Berlín, en 1808 otra en Munich , hasta en la muerte había clases , en este caso los ricos reposaban en ataúdes acolchados y los pobres sobre bancos. En 1880 Mark Twain visitó una de estas casas de la muerte con 36 cadáveres de adultos y algunos niños , quedando horrorizado por lo macabro de la imagen que vio.
Tumba con una campana de seguridad.


Desde la antigüedad distintos métodos se han utilizado para comprobar la muerte efectiva , en los tiempos mas remotos seguramente el método mas infalible era esperar al enterramiento a que el cuerpo se encontrase en un estado prácticamente de putrefacción, otras técnicas eran pinchar al muerto para comprobar si sangraba , síntoma de que aún vivía , o el espejo puesto junto a la cara que de empañarse significaba que aún respiraba , por poco que fuese. En la actualidad las pruebas que se realizan tienen que demostrar inactividad fisiológica y cerebral al mismo tiempo , para evitar trágicos errores.

4 comentarios:

  1. De momento voy a dejar en mi testamento que me incineren, para evitarme todos estos problemas.
    Por cierto, aunque ya lo has dicho ¿sabías de donde viene la expresión "salvado por la campana"?
    Por supuesto no es del boxeo, es como tu muy bien has dicho, para evitar que una persona enterrada viva no pudiera salir, se le ponía una artilugio para que atada a una cuerda pudiera tocar una campana que se encontraba en el exterior, de ahí viene esa expresión.
    Saludos.

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  2. Ostras tío, me pongo en la piel y se me pone un cuerpo...

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  3. Y a mí se me dio por leer esto siendo las 23.33 .... !!!!! Solamente de pensar en esa pobre gente muriendo de esa horrible manera, se me acalambra hasta el flequillo.........
    Pero de todas formas tengo que felicitar tu artículo, por lo explicativo y amplio del tema, totalmente ignorado por mí. No sabía de esos ataúdes con campanas y demás "comodidades" pero es que siempre hubieron personas con el deseo de ayudar a los demás y eso es innegable.
    Un abrazo y feliz fin de semana, Miguel Angel.

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  4. Viendo los casos habidos, no quiero ni pensar la cantidad de enterrados y nunca exhumados que pueden haber pasado por ese trance, sin que se sepa.
    He leído el primer comentario. Sería terrible también sentir como uno se asa, aunque siempre será mejor eso, por lo rápido, que lo otro.
    Un saludo.

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